18/10/2022

A 3 años de la revuelta popular en Chile: Memoria y Justicia

Se cumplen tres años de la revuelta popular del 18 y 19 de octubre de 2019. 3 años de ese punto de inflexión que abrió las puertas a un grito desde las entrañas del pueblo exigiendo dignidad en el país modelo del neoliberalismo en América Latina.


Reporte de Juan Ortega, periodista de Radio JGM en Chile [Descargar]

Por Juan Ortega Radio JGM

 

Demandas sociales, feministas, medioambientales, de derechos humanos, de derechos sociales que venían acumulándose durante los últimos años y que convergieron en esa fecha gracias a la valentía de los estudiantes secundarios que sacaron la voz frente a un alza de 30 pesos del boleto del metro, el tren metropolitano que a diario transporta a la clase trabajadora en Santiago.

Este punto de inflexión histórico en las últimas décadas de Chile, marcó un antes y un después para las luchas desde abajo. Fue el momento para señalar con rabia a la clase política que se había enriquecido a costa de las esperanzas de los más pobres, durante los últimos 30 años, fue el momento donde la rabia de los que han vivido constantemente el despojo y el abuso por parte de las empresas y monopolios, se hizo multitud. 

Se iniciaron movilizaciones en todo el país, la gente salió a las calles, multitudes ocuparon los espacios públicos,  expresando la necesidad de un cambio. El octubrismo, como hoy se le llama, es ante todo una irrupción de dignidad, un grito de basta ya, que puso sobre la mesa las consignas que habían madurado al alero de gobiernos socialdemócratas y neoliberales que poco hicieron por mermar la desigualdad existente en el país.

El costo por haber despertado del letargo democrático, no ha sido menor, más de 30 muertos , más de 400 mutilaciones oculares a manos de carabineros, y miles de violaciones de derechos humanos que van desde vejaciones sexuales, golpes, torturas, atropellos, secuestros, amenazas… y una larga lista de prácticas realizadas por agentes del estado contra el pueblo chileno, contra hombres, mujeres, jóvenes, niños y niñas.

Impunidad es lo que hoy tenemos frente a ese horrible precio que la democracia le ha hecho pagar al país. Ni la policía, ni el ejército han pagado por los crímenes y violaciones de ddhh que cometieron.  Impunidad, silenciamiento y ocultamiento de información.

A 3 años de la revuelta popular, aún no se sabe quien quemó el metro, más de 70 estaciones que fueron quemadas por todo Santiago en una acción que ninguna investigación ha podido resolver para dar con los culpables. Los pactos de silencio siguen funcionando a este lado de la cordillera. La justicia parece mirar siempre para el otro lado. Asi lo testimonian más de 60 presos políticos que aún están en las cárceles del estado por haber manifestado su descontento. Con triquiñuelas jurídicas y una justicia de clase al servicio del gobierno de turno, dicha cicatriz marcará a fuego a esta generación.

Son 3 años para conmemorar la valentía de las nuevas generaciones que supieron desviar los muros de los partidos políticos e irrumpir con nuevos métodos y estrategias de visibilización del grito de dignidad que se levantó desde abajo.

Los capítulos que vinieron después, pandemia y proceso constituyente, dejaron aprendizajes en los movimientos sociales, pero luego del pasado plebiscito donde se rechazó la propuesta de nueva constitución, la realidad es dura: No ha cambiado nada.

Las mismas desigualdades, los mismos abusos, la misma ausencia de derechos básicos, la misma educación privatizada, las mismas pensiones de miseria, el agua sigue privatizada, las mismas AFP ganando millones y una estructura neoliberal que no se mueve un milímetro.

Desde abajo la rabia sigue creciendo, con otra frustración a cuestas, con nuevas razones para explotar cuando menos se espere. 

El presidente Boric ya anunció la presencia de más de 25 mil efectivos policiales para resguardar el orden. Y muchos políticos han llamado a la sociedad a pedir perdón a los carabineros por el mal trato que han sufrido a raíz de su actuar en el estallido. Pedirle perdón a la policía. Al menos el gobierno que llegó a hacer frente al fascismo les entregará nuevos presupuestos para renovar flotas y pertrechos, también mantiene militarizada la zona del Wallmapu, continuando con la política de Piñera de solucionar con armas la protección del negocio forestal.

Al parecer lo único que importa es resguardar ese bien sagrado, el orden. No entregar justicia a las miles de familias que siguen esperando, no buscar culpables en las filas policiales, no recordar a aquellos y aquellas que ya no están, no acompañar a quienes fueron mutilados por balines y balas propiedad del estado de Chile, eso no vale hoy.

Chile es un deja vu permanente, la historia se devuelve al mismo lugar donde empezó. 
Justicia y verdad para todas las violaciones de ddhh. No importa el color del gobierno la complicidad con la injusticia se termina siempre pagando caro. La clase política solo aprendió a robar la demanda popular y esconderla en la oscuridad.

La memoria del pueblo es profunda y sabrá recordar cada momento de la revuelta, cada nombre caído, cada arbitrariedad cometida, para esperar el justo momento de volver a brotar cual primavera volviendo a exigir dignidad.

A 3 años de la revuelta popular, el octubrismo no esta muerto, sino más vivo que nunca, esperando el momento para volver a surgir exigiendo justicia y dignidad para el pueblo de Chile.


PROGRAMA: Panorama Sur

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