Cinco trabajadores fueron impedidos de trabajar tras hacer un reclamo por condiciones laborales.
Por Milena Ingino Deibe.
Un conflicto laboral se agudiza en la planta Victoria de Georgalos, ubicada en San Fernando. Cinco empleados del sector de chocolate del turno mañana se encuentran impedidos de ingresar a sus puestos de trabajo.
La situación, que se remonta a hace aproximadamente dos meses, se originó por la decisión de la empresa de aumentar la producción de chocolates con menos personal en las líneas, lo que generó una sobrecarga de trabajo y un ritmo insostenible para los operarios.
Según el relato de los trabajadores, la reducción de personal en las líneas con el objetivo de incrementar la producción se tradujo en una velocidad excesiva de trabajo y no daban abasto.
Tras días de soportar estas condiciones, los empleados recurrieron al Sindicato de la Alimentación, liderado por Rodolfo Daer, y a la comisión interna para plantear su reclamo. Ante esta situación, Egildo González, uno de los directivos de Georgalos, decidió parar la producción, advirtiendo que no se retomaría hasta que se contara con la cantidad de empleados necesaria. Los trabajadores acataron la medida, que comenzó un jueves.
Aunque inicialmente se planteó una audiencia para el lunes siguiente, esta nunca se concretó. Frente a la prolongación del paro, los trabajadores decidieron levantar la medida bajo el compromiso de que el sindicato gestionaría una reunión informal para encontrar una solución. Sin embargo, ya a fines de mayo, la empresa se negó al diálogo, lo que llevó a los trabajadores a retomar el plan de lucha, paralizando actividades por dos días.
La respuesta de la empresa fue drástica: el jueves 5 de junio, a cinco de los trabajadores se les impidió el ingreso a la planta. La justificación, según los empleados, fue que se los consideraba los "instigadores del paro", a pesar de que el sector cuenta con más de 80 trabajadores.
Esta medida generó una inmediata reacción de solidaridad en toda la planta, que se paralizó por completo en reclamo de lo que consideraron una injusticia. Ante la escalada del conflicto, el Ministerio de Trabajo intervino y dictó la conciliación obligatoria, que fue levantada ese día alrededor de las 22:00 por los obreros. Al día siguiente, viernes 6 de junio, los afectados ingresaron a la fábrica junto con el sindicato y se les asignaron tareas habituales. No obstante, la situación dio un nuevo giro el sábado 7 de junio. Cuando se les impidió nuevamente el acceso a sus puestos de trabajo.
Hasta la fecha, Georgalos ha desacatado la conciliación obligatoria, argumentando que "los mantiene bajo relación de dependencia pero no tiene tareas para darles, por lo que no les permite el ingreso".
El Ministerio ha intimado a la empresa en varias ocasiones para que acate la medida, incluso mediante una audiencia reciente el martes 24 de junio. En ella, tanto la comisión interna como el sindicato mantuvieron una posición firme: la reincorporación de los trabajadores. Argumentan que el paro fue una medida convocada por el sindicato, lo que convierte la acción de la empresa en inconstitucional, antisindical, discriminatoria y persecutoria. No se puede despedir a solo cinco personas por participar en una medida gremial.
A pesar de estas intimaciones, los cinco empleados siguen sin poder ingresar a la fábrica. Desde el primer día en que se les prohibió el acceso, ellos cumplen su horario habitual, de 6 a 14 horas, en la puerta de la empresa, como muestra de su voluntad de trabajar esperando que esta situación se resuelva lo antes posible.
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